Existen algunos aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de instalar el aire acondicionado. Nos estamos refiriendo al equipo y al tipo de instalación, a la potencia del aparato refrigerador y a la clasificación energética. Lo primero que debemos hacer es calcular el número de frigorías por metro cuadrado de la vivienda o la oficina. En base a las cien frigorías como cifra recomendada, un espacio de cincuenta metros cuadrados necesitará cinco mil frigorías. Con la implantación de la tecnología Inverter, que regula los comprensores del aparato acondicionado, podemos rebajar hasta la mitad el número de frigorías, ya que necesita consumir menos para enfriar.
Lo segundo a considerar es el tipo de instalación que necesitamos, si vamos a utilizar un sistema centralizado o un equipo menos complejo, como los aparatos portátiles. Estos últimos son más económicos, ya que no necesitan mano de obra, pero también son menos eficaces y mucho más escandalosos. Si el espacio es grande, necesitaremos una instalación centralizada, es decir, una unidad de cara al exterior y tantas unidades interiores como estancias. Esta es una opción perfecta para las oficinas o viviendas amplias.
Un tercer paso a la hora de instalar un aparato de aire acondicionado es disponer de un equipo que nos permita ahorrar energía. En este caso lo mejor es adquirir un sistema que tenga la clasificación energética A+. Todos los productos tienen ahora una etiqueta en la que se especifica el consumo anual por Kw/h y la potencia acústica, que se mide en decibelios. Por último mencionar otros aspectos a tener en cuenta como asegurarse de que el aparato refrigerador lleve la tecnología Inverter o cuente con un termostato para regular los diferentes programas.